abril 19, 2019

Hace tiempo que no escribo, hace tiempo que no le presiono el botón de pausa la vida y me detengo a pensar, como aquel medio borracho que camina por la calle retornando a casa y se le cruza por la mente lo que realmente le importa, es cuando haces “locuras”, cuando haces lo que el cuerpo manda.
Y
Pues hace tiempo que no escribo, solo actúo y no pienso, el tiempo pasa como una ruleta que gira insesante y pasan los días, las horas, lo meses, sin darme tiempo para contarme algo, no suelo escribir lo que me pasa, suelo descubrir cosas que me pasan realmente en la vida cuando escribo, creo que me entiendo. Desde mi ultimo post han pasado 2 años, 2 hijos, 2 trabajos y 5 kilos más, casi una vida entera para muchos. Nada ha cambiado, sigo soñando como un niño de 5 años, sigo siendo feliz y es lo que importa.

Hace tiempo que no escribo y tengo tanto que decir, sobretodo el motivo de mi felicidad, en algún momento pensé que no llegaría pero entre casualidades, canciones mal cantadas, un cumpleaños, una salida al museo y algunos paseos en moto, me enamoré, canté nuevamente, reí, me encontré y me casé. Si ahora no escribo es porque las historias se las cuento a ella, es porque ella es mi vida, mi silencio y mi pensar, es increíble como una sola persona te puede inyectar los motivos para ser feliz por el resto de tu vida, 3 increíbles motivos.

Me soporta y me engríe, me da rabia y me ama, me contradice y la entiendo, me necesita y no vivo sin ella, me inspira y acompaña. Hace tiempo que no escribo pero hay algo más feo, que nunca le escribí algo a ella. Amo la vida pero sobretodo te amo.

Me hace bien dejar estas líneas y tener ganas de seguir contándome algo, ahora un poco más seguido.

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